La rutina es el hábito de renunciar a pensar.

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jueves, 27 de febrero de 2020

CONTINUA LA SANGRÍA DE LA ZONA

2019
2018
2017
2016
2015
2014
2013
2012
2011
2010
37013 Aldeacipreste
109
116
119
121
126
130
133
135
146
142
37046 Béjar
12.739
12.961
13.221
13.403
13.724
13.951
14.280
14.408
14.511
14.785
37071 Calzada de Béjar, La
86
86
87
86
90
87
91
100
101
100
37078 Candelario
879
906
934
934
930
970
989
1.005
1.033
1.010
37080 Cantagallo
255
260
261
263
270
273
278
283
279
274
37102 Cerro, El
407
409
430
442
449
452
458
460
463
481
37109 Colmenar de Montemayor
182
182
187
193
189
196
193
200
201
197
37112 Cristóbal
157
155
168
170
175
170
174
178
196
201
37161 Horcajo de Montemayor
138
140
144
154
159
158
159
162
170
170
37163 Hoya, La
36
37
41
42
43
43
45
48
48
35
37168 Lagunilla
466
486
481
496
507
524
536
552
549
544
37195 Molinillo
39
44
42
52
57
60
59
54
53
59
37201 Montemayor del Río
263
266
272
296
301
299
296
311
304
305
37212 Navacarros
112
98
104
106
120
125
126
136
132
131
37217 Navalmoral de Béjar
59
60
62
66
60
56
58
58
60
56
37244 Peñacaballera
139
146
142
149
144
145
157
168
163
162
37252 Pinedas
107
113
115
107
112
107
112
128
136
145
37263 Puerto de Béjar
370
370
368
380
385
393
398
396
397
389
37282 Sanchotello
217
222
229
227
238
229
229
233
225
232
37331 Valdefuentes de Sangusín
196
203
217
229
231
228
241
250
257
264
37332 Valdehijaderos
79
79
79
83
86
82
79
87
90
101
37334 Valdelageve
76
73
74
81
86
85
92
90
97
87
37343 Vallejera de Riofrío
73
76
68
67
70
70
61
69
68
69

¿CUANTO NOS CUESTA LA SALUD?


EDITORIAL UNIVADIS.  FEBRERO 2020

Según la última Estadística del Gasto Sanitario Público, publicada hace menos de un año, el gasto sanitario público en España en 2017 fue de 68.483 millones de euros, el 5,9% del producto interior bruto (PIB), lo que representa un gasto per capita de 1.472 euros por habitante. El informe, realizado por la Subdirección General de Cartera de Servicios, se centra en el quinquenio 2013-2017, donde la media anual de crecimiento del gasto sanitario público fue del 2,6%. Desde 2013, año en que finalizó la tendencia bajista del gasto sanitario iniciada con la última crisis económica española, el gasto sanitario ha aumentado el 11,0%. Sin embargo, desde 2009 ha disminuido el 3,1%, lo que pone de manifiesto que aún persiste el efecto de las medidas extraordinarias adoptadas desde mayo de 2010 para reducir el déficit público.

El 44,1% del gasto se destinó a cubrir las remuneraciones de los trabajadores, el 25,2% a gastos en consumo intermedio (bienes y servicios: alquileres, mantenimiento, suministros, material fungible, formación de personal, etcétera); el 17,6% a gastos en transferencias corrientes (principalmente recetas médicas, así como los reintegros para prótesis y aparatos terapéuticos); y el 11,1% a gastos en compras al sector privado a través de conciertos. El gasto que más se incrementó en el quinquenio 2013-2017 fue el de consumo intermedio, con una tasa anual media de crecimiento del 4,5%, seguido de las remuneraciones a los asalariados (2,2%) y las transferencias corrientes (1,8%). A pesar del incremento experimentado desde 2013, el gasto en remuneración a personal disminuyó el 3,3% respecto a 2009, lo que traduce las medidas de contención salarial adoptadas desde 2010.

¿En qué se gastan esos 68.483 millones de euros? Los servicios hospitalarios y especializados gastan el 62,1%, en farmacia se gasta el 16,4% y Atención Primaria el 14,2%, siendo significativamente mayor el incremento del gasto en atención especializada (1,5 puntos porcentuales durante el quinquenio), mientras que en Atención Primaria y en farmacia se ha producido un retroceso de 0,6 puntos. Y ¿quién lo gasta? Las Comunidades Autónomas, pues la sanidad está transferida, son responsables del 92,7% del gasto. Tras ellas se sitúan las Mutualidades de Funcionarios (3,1%), la Seguridad Social (2,4%), la Administración Central (1,0%) y las Corporaciones Locales (0,9%). 
El 44,3% del gasto sanitario se ha originado en tres Comunidades: Cataluña, Andalucía y Madrid, las más pobladas. Las Comunidades con porcentaje de gasto sanitario sobre su PIB más elevado son Extremadura (9,1%), Murcia (7,5%) y Asturias (7,3%), y las que menos gastan respecto a su PIB son Madrid (3,7%), Cataluña (4,6%) y Baleares (5,1%). Este esfuerzo presupuestario no se traduce directamente en el gasto sanitario por habitante, porque el PIB depende de la riqueza de cada región, de forma que las Comunidades Autónomas con mayor gasto sanitario público por habitante son el País Vasco (1.710 euros), Asturias (1.625 euros) y Navarra (1.608 euros), mientras que en el polo opuesto se sitúan Andalucía (1.153 euros), Madrid (1.254 euros) y Canarias (1.334 euros). Un gasto que asumen las Comunidades es la formación del MIR. En 2017 supuso 1.067 millones de euros, un incremento del 2,0% respecto a 2016, siendo máximo en Madrid (5,8% de la remuneración de personal) y mínimo en Navarra (2,5%). En todo caso, un gasto tremendamente eficiente para nuestro sistema sanitario.

Se han descrito los gastos directos, los que afectan directamente a la atención sanitaria, pero en realidad hay muchos más gastos que podrían tipificarse como indirectos: formación de los médicos y de otros sanitarios, medidas higiénicas (como la salubridad de las aguas y de los alimentos) y educativas (por ejemplo, las campañas contra el tabaco o las drogas). Tampoco están recogidos algunos gastos directos que no dependen del Ministerio de Sanidad, como la atención sanitaria a los españoles desplazados o el gasto sanitario en instituciones penitenciarias, que depende del Ministerio del Interior, salvo en los casos de Cataluña y del País Vasco, porque tienen transferida la gestión de este servicio.
Nuestra sanidad supone, décima arriba o décima abajo, el 6% del PIB, sin considerar los gastos indirectos y algunos directos. El 6%, ¿es mucho o poco? Este porcentaje nos sitúa en el puesto 17 de 30 países en la Unión Europea, donde la media de gasto es del 7,1%. Los países que más gastan son Noruega (8,5%) y Dinamarca (8,4%), y los que menos Chipre (2,6%) y Suiza (2,2%). Si analizamos los países más cercanos a España, Francia gasta el 8%, Italia el 6,8% y Portugal el 6%, como España. Un caso curioso es Estados Unidos, que gasta, aproximadamente, el doble que Europa y que otros países desarrollados en sanidad, con unos resultados mucho perores: menor esperanza de vida y tasas más altas de mortalidad infantil. ¿Adónde va el 17.07% del PIB que Estados Unidos destinó en 2016 a sanidad? Este elevado porcentaje se debe, en gran medida, al alto precio de los medicamentos y de los dispositivos médicos, al elevado coste de los procedimientos médicos y a que los salarios de los sanitarios, en concreto de los médicos, son superiores.

Saliendo del eurocentrismo, los datos de la OMS indican que el gasto en salud está creciendo más rápidamente que la economía mundial, representando el 10% del PIB mundial. El gasto sanitario mundial crece particularmente en los países de ingresos bajos y medianos, donde está aumentando el 6% anual (el 4% en los países de ingresos altos), duplicándose desde el 2000 el gasto público en salud por habitante en los países de ingresos medianos. Globalmente, los gobiernos se hacen cargo del 51% del gasto sanitario y más del 35% se sufraga mediante pagos directos (los pagos realizados por las personas para sufragar la atención recibida). Aunque la dependencia de los gastos directos está disminuyendo lentamente en todo el mundo, cuando la atención sanitaria depende de un pago directo se pone en riesgo dicha atención, especialmente en los millones de personas que viven en la pobreza o en la pobreza extrema.  Si aumenta el gasto público en salud, es menos probable que las personas caigan en la pobreza por acceder a los servicios sanitarios, algo que se calcula le sucede a 100 millones de personas anualmente.
¿Y qué nos deparará el futuro? Cada vez más y más gasto. Con las limitaciones que tiene un macroestudio de 184 países, el Global Burden of Disease Health Financing Collaborator Network, financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates, estima que, si continúan las tendencias actuales, el gasto mundial aumentará de 9,2 billones de dólares en 2014 a 24,5 billones en 2040, siempre y cuando no lo impida ninguna catástrofe económica, bélica o natural. Se calcula que el gasto en salud seguirá aumentando en los países de ingresos altos, mientras que en los de ingresos bajos el crecimiento será menor (el 5,3 y el 4,2% al año, respectivamente). Las disparidades de gasto entre países fluctuarán notablemente y, así, los Estados Unidos y los Emiratos Árabes Unidos, con similar PIB estimado para el 2040, destinarán respectivamente el 18,5 y el 4,7% de su PIB a salud en 2040. ¿Y España? Las predicciones continúan situándonos a la cabeza en la eficiencia de nuestro sistema sanitario y en sus resultados. Que se cumplan las predicciones dependerá de nosotros.