La cancelación de consultas
médicas cuesta 140 millones al año a la sanidad pública
Por S. Calleja/ ICAL |
27/07/2014
alud de San Emiliano.
La cancelación de consultas porque los pacientes plantan al médico y no
anulan su cita cuesta 140 millones al año a la Gerencia Regional de Salud, más
del doble de lo que dedica la Consejería de Sanidad al programa de salud
pública o lo que equivale al gasto farmacéutico de tres meses. Este impacto
estimado sale de multiplicar el coste de una consulta de Atención Primaria
(médico de familia, enfermera o pediatra), que es de 70 euros, por los 2,77
millones de citas a las que los pacientes no acuden cada año. A ello habría que
sumar las consultas especializadas y las intervenciones quirúrgicas que se
cancelan por el absentismo de los usuarios -lo que eleva los datos a cifras
astronómicas teniendo en cuenta que son más caras-, y las consecuencias que el
uso ineficiente de los recursos sanitarios tiene para el resto de la población
y para la gestión del propio sistema, caso de las siempre polémicas listas de
espera.
El consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, es más partidario de
avanzar en eficiencia para mejorar en el funcionamiento de la Administración.
En lo que le toca -75 medidas en el ámbito de la salud-, dice que hay algunas
cuestiones técnicas, con un debate de fondo, y otras de decisión política por
las demandas y la situación de algunas autonomías. En todo caso, duda de que se
vayan a implantar nuevos copagos que supongan sacrificios para los usuarios del
sistema.
No obstante, en este contexto, llama a la responsabilidad de los pacientes
en el uso racional del sistema sanitario, teniendo en cuenta que "el
sistema es de todos". "La responsabilidad de la sanidad la tenemos
las administraciones, los servicios de salud y los profesionales, pero también
los pacientes. Por esta vía también se producen ineficiencias", afirma a
Ical, para defender que aunque no es fácil corregir con medidas punitivas o
sancionadoras estas conductas, sí "se podría programar una media
administrativa que se concentrara en los pacientes reincidentes, aunque es
complicado porque prima el derecho a la salud y a la prestación
sanitaria".
Cancelaciones
Por lo que respecta a los datos concretos, en el último año en Castilla y
León se suspendieron 2,77 millones de consultas porque los pacientes no
acudieron a su cita con el médico de familia, enfermera o pediatra, lo que se
traduce en cerca de un 10 por ciento de las 29,49 consultas realizadas. En el caso
de atención especializada, se suspendieron más de 108.400 de 1,33 millones, el
8,1 por ciento; y en pruebas sucesivas, el 7,5 por ciento (220.935 de 2,94
millones).
Las cifras de intervenciones quirúrgicas son menores, pero se trasladan en
962 pacientes que no fueron a operarse o declinaron dar su consentimiento a las
puertas del quirófano. Se trata de un 0,8 por ciento de la actividad quirúrgica
programada, y un 17,2 pro ciento de las 5.500 que se suspenden cada año, el
ratio más alto, teniendo en cuenta que el 13,7 por ciento se cancela por
motivos médicos (fiebre, complicaciones...); el 16 por ciento, porque la
operación anterior se alargó; el 6,3 por ciento, porque no estaba preparado el
paciente; el 3 por ciento, por una operación de urgencia, y el 0,73 por ciento,
por falta de camas.
Finalmente, la fuga de urgencias hospitalarias, es decir, la gente que
acude, pide ser atendida y se marcha antes de ser recibido por el médico
representa el 0,4 por ciento de los 837.544 casos registrados en el último año.e
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