A TU SALUD VERDE
12 JULIO 2015
Enfermeras/os
No
terminaba yo de entender muy bien–salvo por las listas de espera–la denominación de «paciente» para un enfermo
porque asociaba la palabra de forma automática al que espera con paciencia lo que
sea. Y no. Hay que ir adonde hay que ir desde el principio: la etimología, y la
palabra viene del latín «patiens» participio activo de «pati» que significa padecer,
sufrir. Pues bien, me ha tocado ser paciente (de paciencia) acompañante del
verdadero paciente(sufridor) y lo que voy a hacer es un canto descarado y más que
justo a médicos pero, sobre todo, a enfermeras/os (o como se llamen ahora), auxiliares
y personal sanitario en general. Al margen de mareas, polémicas, privatizaciones
o externalizaciones de nuestro sistema sanitario, al final siempre hay una
realidad que tiene nombre y apellidos, un ser humano con el que convives a
diario en ese lugar aséptico y tal vez impersonal, y que comparte contigo el
dolor y los miedos ,la esperanza y la alegría, tantas noches largas y muchas veces
angustiosas. Son esas personas las que ejercen de puentes sabio entre la sobriedad
obligada de los facultativos y el alma que late sobre la cama articulada del
enfermo y la zozobra siempre a flor de piel de quien le vela. Yo no sé si toda
esa legión que cambia de turno cada no sé cuánto, e sconsciente del valor que puede
llegar a tener una sonrisa suya, una palabra
de ánimo a tiempo, ese darse cuenta de que algo no va bien y avisara quien deben
avisar. Los médicos pasan pero las enfermeras/os siguen ahí, al otro lado del timbre
cuando ya no sabes qué hacer, cuando no necesitas otra cosa que hablar con alguien,
desahogarte un minuto tan sólo. Ya sé que habrá excepciones, como en todos
sitios, pero más allá de mareas, insisto, están esos seres humanos a los que alguna
vez habría que rendir un homenaje nacional. (Estas líneas están inspiradas en la
gente de la planta 9 de la Fundación Jiménez Díaz) .Gracias
ANDRÉS ABERASTURI
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