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sábado, 26 de abril de 2014

LOS "MALOS PACIENTES" CUESTAN CARO

El “mal uso de la sanidad” al que se refería Rodríguez Sendín está centrado en dos aspectos principales. Por un lado están aquellos pacientes que, teniendo cita concertada, no se presentan a la misma y no avisan previamente de su incomparecencia. Por otro se encuentran quienes acuden directamente a Urgencias cuando su problema podría solucionarse en la consulta de Atención Primaria. “Es un tema controvertido, pero el problema está ahí y todos los sabemos”, ha señalado el presidente de la Sociedad Española de Medicina Generales (SEMG), 

El desaprovechamiento de citas médicas es una práctica extendida en España. Buena cuenta de ello dan los datos, que sitúan el porcentaje de incomparecencia injustificada de los pacientes entre el 5 y el 10 por ciento dependiendo de la comunidad autónoma. Por encima de ese baremo se encuentra Castilla-La Mancha, con un 15 por ciento de las consultas a especialistas terminando en ‘espantada’ del paciente. El dato se incrementa más aún en el caso de la Atención Primaria, donde la tasa se mueve entre el 20 y el 24 por ciento. Los castellano-manchegos no son una excepción, porque la práctica está extendida en otros territorios como Castilla y León, que a lo largo de 2013 acumuló 428.000 casos de este tipo, el diez por ciento del total de consultas. En términos parecidos se mueven las Islas Baleares, donde la tasa se situó en el ocho por ciento. En la Comunidad Valenciana se reduce al 4,6 por ciento, superando las 200.000 incomparecencias, mientras que en Madrid se queda en un tres.

Antonio Sáez Aguado, consejero de Sanidad de Castilla y León, ha sido una de las personalidades que ha abogado por la reflexión y la toma de decisiones para hacer frente a una situación que, al igual que otros aspectos, contribuye a alejar al sistema sanitario del anhelado objetivo de la sostenibilidad.
 “No es de recibo que un usuario que tiene una cita con su especialista no se presente y ni siquiera lo comunique”, ha declarado, añadiendo que, si bien no está de acuerdo con una posible multa a los pacientes, “la sostenibilidad no solo depende de medidas que impacten en los profesionales o la Administración, los usuarios también tienen que ser partícipes de ella”. “La sanidad es de todos, y entre todos tenemos que cuidarla”, ha insistido.

Que la cancelación de citas médicas sin aviso daña al sistema, en tanto resta minutos de actividad de profesionales altamente cualificados, es evidente. No lo es tanto, sin embargo, el porqué de que se haya llegado a la situación actual. Para el tesorero de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), Pascual Solanas, no todo el peso recae en un paciente que, en caso de querer anular una cita, se encuentra con demasiados obstáculos: “En algunos lugares no está claro dónde se debe llamar para una anulación, y en muchos casos hay problemas reales para hacerlo desde un punto de vista de contacto administrativo”. En ese sentido, destaca la necesidad de acometer una mejora de la burocracia consistente en depurar bases de datos, utilizar las nuevas tecnologías de la comunicación y la información (TIC) para enviar recordatorios o mejorar la comunicación entre centros antes de “culpar” al paciente.
M. de las Heras / J. Vicioso / V. Torres / I. Echegaray
Revista medica 13-04-2014


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