La rutina es el hábito de renunciar a pensar.

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miércoles, 10 de mayo de 2017

IRONIAS DE LA VIDA


Buena reflexión de Miguel Flores sobre las oposiciones de Extremadura

IRONÍAS DE LA VIDA


OPOS
En no pocas ocasiones, según el devenir de los años nos ataca en cuerpo y mente, vamos adquiriendo ciertas manías, experiencias y mas sabiduría gracias a ella. Perdemos sueños, inocencia y curiosidad, pero también ganamos mucho, sobre todo claridad, tranquilidad e ironía a la hora de malvivir por estos andurriales.
Como enfermero, ciertamente he visto de todo desde mi más tierna edad profesional (y lo que me quedará por ver), desde el trato con y entre las compañeras, pacientes y profesionales (algunos no tanto) del ramo. Pero lo que siempre me ha admirado, cada uno que mire esta vez su ombligo, es el buen trato de nuestras “empresas publicas” y la permisibilidad de ciertos sindicatos con tan excelentes viandas para el ejercicio profesional. Que las buenas políticas sanitarias nos han llevado a tener unos magníficos 17 sistemas públicos de salud, gestionadas por unas personas de excelencia, preparadas en gestión y sanidad y sin intereses privados fuera de estas empresa públicas, es sabido por todos y todas las españolas. Que a su vez, en cada provincia tenemos (las enfermeras), un maravilloso y cristalino (en cuanto a su gestión interna) Colegio de enfermería que lucha por nuestros derechos profesionales y competencias, es sabido por todas las profesionales (cualquiera se mete con el jefe de este tinglado…¿No?), vamos, que disfrutamos de esa feliz vida a lo “Bob Esponja” correteando por campos de medusas….
El otro día, junto con otras cerca de 1400 compañeras de profesión, tuve la desfachatez de presentarme a unas oposiciones para unas 20 y pico plazas, en la comunidad de Extremadura, concretamente para enfermera de atención continuada. Debo reseñar que al contrario de mis compañeras, un servidor no tenía preparado (lo confieso) dicha prueba, pero reincido en “al contrario”, ya que me consta de que otras personas que se presentaron sí habían estudiado, sí habían dejado de trabajar para ello, sí habían sacrificado su tiempo familiar para ello, y sí habían dejado demasiado tiempo y dinero en el camino hacia la prueba. Bien, hoy podemos aplaudir a las cuatro personas que han superado la prueba. Cuatro. Tres de ellas se quedaron en la cuerda flojilla pero aprobaron (aplauso), la cuarta persona examen perfecto, casi el total de puntos sobre 100 (doble aplauso). Bien, cada cual que saque conclusiones, pero es de aplaudir que para la administración y estadísticamente 3 de cada 1400 enfermeras sean aptas y otra más superdotada/o. Las otras casi 1400 somos lentas, no aptas o simplemente no validas para ejercer lo que siempre hemos hecho, trabajar, trabajar y estudiar. Cuatro. (Doble aplauso).
Ahora ya, con esta información y con las cifras del éxito, el Colegio de enfermería no ha palidecido, ni se ha vuelto un poco lechoso, ni turbio, sigue siendo tan maravilloso como siempre, casi todos los sindicatos enfermeros, una vez más siguen correteando por la estepa española cogidos de la mano y jugando al corro de la patata con la Administración, la misma en la que esas personas de excelencia que prepararon un examen justo, aplauden y hacen el paseíto a cerca de 1400 enfermeras, de mirada gacha y cuerpo azotado. Ironías de la vida, que aprendemos a base de experiencias, buenas y malas, y de las que una vez sobrellevadas, quedan en esa ganancia de claridad y tranquilidad de saber que estamos en muy buenas manos.

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